lunes, 23 de diciembre de 2013

La Historia y la mujer. Veracruz, vientre de historias.

21-12-2013.

La Historia y la mujer. Veracruz, vientre de historias.

Las Mujeres de la Tormenta.

Celia del Palacio.

Prisa Ediciones, 2012.

p.p. 341.

Es el diálogo entre personas, la conversación y sus silencios lo que nos presenta como Otro para un semejante y nos abre la posibilidad de asumirnos como sujetos.

La distinción entre escribir Literatura e Historia es casi nula. Celia del Palacio, doctora en Historia por parte de la Universidad Autónoma de México, logra la unión entre ambos oficios en su reciente novela: “Las Mujeres de la Tormenta” (mayo 2012). Lilith, una científica reconocida que habita en la Ciudad de México, es avisada acerca del fallecimiento de su madre que residía en Xalapa-Veracruz. Debido a la desgastada y descuidada relación entre ambas, Lilith, se sorprende de la vida que recientemente tenía su madre. La indagación sobre la defunción de su progenitora sirve como punto de fuga para tener acercamientos con las historias de unas mujeres en Veracruz. Brujería, esclavitud, relaciones pasionales, ritos, son temas que encubren cuatro narraciones. Desde el siglo XVI hasta el siglo XX las mujeres se relacionan debido a la magia que, desde África y debido a la mezcla de culturas que se vivieron en esos siglos (indígena, española y africana), se unen en una dimensión temporal que no respeta calendarios ni progreso. Selene, madre de Lilith, ejercía el activismo junto con sus amigas intelectuales de Xalapa. Su trabajo la había llevado a conocer diversos modos en que la raza humana se relacionaba consigo misma. Principalmente sus actividades estaban enfocadas hacia la mujer, migración y desentrañar las participaciones que políticos y gente de poder moral tienen en actos ilícitos.
Lilith, tras descubrir a través de la lectura y la escucha como se conforma el presente en Veracruz y consigo decide tomar la iniciativa que cambiara su vida como hasta el momento de la muerte de su madre la había vivido.

La gran aportación del libro de Celia del Palacio se compone de la gran habilidad de la escritora de recopilar archivos, así como la oralidad de la gente que lleva, en sí mismas, la memoria de la cultura regional[1]. La historia oral, las conversaciones traen consigo una forma distinta de conocer y adentrarse en sucesos y sujetos. Veremos en seguida cómo la autora plasma su concepción de Historia en la novela:

“Selene describía cómo había estado con esas madres que eran como espectros lastimeros detrás de una esperanza; cómo había escuchado sus historias que no estaban escritas en ninguna parte, que no alcanzaron a ocupar espacio ni siquiera en la sección policiaca del periódico”. [2]

Sustraigamos: “[…] cómo había escuchado sus historias que no estaban escritas en ninguna parte, que no alcanzaron a ocupar espacio ni siquiera en la sección policíaca del periódico”.[3]

Es, a través de las voces de los sujetos por donde, sucesos se manifiestan debido a las ausencias de los textos. Es labor del historiador, ser también interlocutor ante aconteceres del presente,  entendiéndose como participes de un todo y prestando atención a su estancia en los diversos acontecimientos que se develan a diario. Atendiendo los aconteceres, el historiador podrá ser medio participe entre las ausencias que existen en los textos. La novela es consciente de esta discusión, está presente en la escritura de la obra misma y en la narración de los personajes y sus posturas ante los hechos que presenta.

El trabajo de recopilación y escritura es propositivo, sin embargo, hay pasajes en la novela que propician, al menos, dos cuestionamientos: ¿Por qué la Historia tiene que participar en el lugar común de víctimas y victimarios al redactar una novela/ensayo/tesis/comunicado/etc?, ¿esta exposición es un síntoma sobre cómo acercarnos al Otro?  Es trabajo del historiador dar cuenta sobre cómo, desde cierta perspectiva, la gente de algún sitio vive los aconteceres y opinar desde una perspectiva fuera de lugares comunes y superficiales. El papel de víctima y victimario ha sido y es la máxima irresponsabilidad de las personas para acatar los hechos que, por sí mismos, de manera inconsciente o no, han resuelto. De esta forma, el reconocimiento del Otro debe de iniciar con el de uno mismo. El acto de re-conocer no es moral, no le legitima, no se puede legislar ni mucho menos pedir o ser obligado, es labor de cada uno de trabajarlo internamente.

Retomando el título de la obra: Las Mujeres de la Tormenta, podemos suponer que el libro habla sobre el género femenino. Y acertando en la suposición a lo largo de la novela se puede observar cómo el papel de la mujer, a través de los siglos, por razones distintas, había sido ignorado por gran parte de la sociedad. Sin embargo, retomando la historia oral y los archivos pasados, la autora nos adentra a las aventuras que las mujeres de la tormenta vivieron y continúan viviendo ilustrándonos el papel femenino que en la sociedad de Veracruz, se ha desarrollado. Vemos pues, en cierto pasaje de la novela: “Le llenaba de orgullo que existieran mujeres que se enfrentaban a los corruptos y exigían sus derechos y los de todas […]”.[4] ¿Quiénes sino las mujeres se asumen así mismas como tales, cómo seres esencialmente femeninos y libres? La maravilla de leer las distintas formas en que cada mujer (personaje en el libro) lo hace es un deleite en la novela.

Un clavado hacía un territorio de forma profunda, recopilando mitos, historias y vivencias de sujetos del pasado, acontecimientos presentes, mezcolanza de sentimientos, entredichos y decisiones, es lo que el lector podrá, entre lo que cada quién descubra, encontrar en el libro. Recomendable para todo público, con un lenguaje accesible y enriquecido con palabras que se remontan al siglo XVI así como tradiciones, canciones populares, descripciones regionales, ritos mágicos etc. es una manera de encontrarse con espacios y tiempos distintos, no por eso distantes ni ausentes.

JAGordilloL.











[1] En el siguiente video la autora menciona su experiencia sobre este trabajo: véase en http://www.youtube.com/watch?v=2nftwd9tdPI (citado el 23/12/2013).
[2] Celia del Palacio, Las Mujeres de la Tormenta (México: Suma de Letras, 2013), 192.
[3] Celia del Palacio, Las Mujeres, 192.
[4] [4] Celia del Palacio, Las Mujeres, 195.

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