jueves, 24 de abril de 2014

El hombre: el ocaso.

30 de marzo y 23 de abril de 2014.

El hombre: el ocaso. A treinta años de la muerte de Michel Foucault. 

Para Jorge G., Lourdes A. y María José M.[1]

Pink Floyd – “The Final Cut” – “Two Suns in the Sunset” (Waters).[2]





Desde el resplandor.

Imaginemos los momentos de las explosiones de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki como la representación del inicio de un ocaso. El ocaso está siendo el desvanecimiento de la idea del hombre que- a inicios del siglo XIX- se formó. El resplandor aún nos lástima la vista, sin embargo, ha bajando de intensidad manteniéndonos casi al margen de lo que posibilita nuestro conocimiento. Aterrados, los hombres, contemplamos nuestras sombras por última vez deseando, en silencio, la oscuridad y nuestro retorno al origen, al fallecimiento de nuestra concepción como hombres, como finitos, como lo que quisimos ser imposibilitados por el deseo mismo, enfrentándonos- sin más que el sentimiento de angustia- a la ruptura de las fronteras que nos conforman, desde la diferencia, como una ficción.  Está imagen de ruptura y transformación del conocimiento es, a lo largo del libro de Michel Foucault: “Las Palabras y las Cosas”[3] , lo que atravesará el pensamiento intelectual en occidente desde el nacimiento de la obra. En este texto me esforzaré por mostrar la importancia, más allá de la autoridad intelectual/científica/etc. que se le ha otorgado, la reflexión sobre el hombre y nuestro conocimiento que media la realidad con la cultura.

Los libros: simulación y potencia. Breve crítica a la lectura de los libros en la Universidad.

En la primaria fueron los libros de la S.E.P. las lecturas que, en su momento, conformaban y afirmaban nuestro conocimiento. Lecturas de información mediada por el Estado y su ideología nos eran casi obligadas a leer (tarea y/o trabajo en clase) para, en tiempo de exámenes, esforzarnos en acertar a las preguntas y acreditar una serie de datos que, decían nos brindarían las “herramientas necesarias y básicas” para desarrollarnos en la sociedad. En la Universidad no son los libros de la S.E.P. lo que media el saber, en el área de Humanidades sus sustitutos son: las obras de Platón, Aristóteles, Marx, Freud, Foucault, Derrida, etc. La dinámica sigue siendo la misma, los actores apenas cambian. ¿Qué aporta la lectura de pensadores actuales y antiguos, en general, al  saber universitario? ¿por qué y para qué se están leyendo? ¿qué se está haciendo con las lecturas? ¿qué lazo social se está produciendo? ¿cómo es que la Universidad enseña, por ejemplo, la deconstrucción sin que ella misma la promueva? Para dar precisión, me esforzaré en crear un lazo social, desde la escritura y lectura, para reflexionar una obra y sus afectaciones en el presente invitando, principalmente,  a los hasta ahora ajenos a la discusión a dar cuenta de su existencia.


El conocimiento a través de sus rupturas.

            El cambio ha sido la muestra de la inestabilidad de las estructuras que se hacen llamar permanentes. Al haber cambio, contingencia y una continua construcción sin forma, el conocimiento se ha manifestado distinto a lo largo del tiempo. No es lo mismo pensar a partir del siglo XVI la noción de Dios, a pensarla desde pleno siglo XXI. Michel Foucault nos advierte desde las primeras páginas:

“[…] no se trata de ligar consecuencias, sino de relacionar y aislar, de analizar, de ajustar y de empalmar contenidos concretos; nada hay más vacilante, nada más empírico (cuando menos en apariencia) que la instauración de un orden de las cosas; nada exige una mirada más alerta, un lenguaje más fiel y mejor modulado; nada exige con mayor insistencia que no nos dejemos llevar por la proliferación de cualidades y formas. Y, sin embargo, una mirada que no estuviera armada podría muy bien acercar algunas figuras semejantes y distinguir otras por razón de tal o cual diferencia: de hecho no existe ni aún para las más ingenuas de las experiencias, ninguna semejanza, ninguna distinción que no sea resultado de una operación precisa y de la aplicación un criterio previo.”.[4]

            El estudio del libro es agudo. Su “objetivo” : “ […] se intentará sacar a la luz es el campo epistemológico, la episteme en la que los conocimientos, considerados fuera de cualquier criterio que se refiera a su valor racional o a sus formas objetivas, hunden su positividad y manifiestan así una historia que no es la de su perfección creciente, sino la de sus condiciones de posibilidad”. [5]  Apelando a la diferencia para poder dar identidad, tema también mencionado anteriormente en mis textos, Foucault nos demuestra, paso por paso, idea por idea, autor por autor, la imposibilidad de “colonizar” el conocimiento desde nuestra perspectiva pensando que siempre ha sido, todo “objeto” de conocimiento, como hoy lo entendemos.  En el texto precedente a este[6] se puede consultar los cambios de posibilidades, a partir del siglo XVI hasta hoy, que ha habido en el conocimiento.

Las posibilidades hoy y el ocaso.

            Concentraré, en este apartado, la discusión en torno a al conocimiento y cómo, lo que entendemos por hombre, se difumina en las sombras de lo incierto. Las posibilidades de existencia de la noción del hombre hoy se componen a partir de esta enunciación: “[…] el análisis de la finitud explica de la misma manera cómo el ser del hombre está determinado por positividades que le son exteriores y que lo ligan al espesor de las cosas, pero cómo, a la inversa, el ser finito es el que da a toda determinación la posibilidad de aparecer en su verdad positiva”.[7] En otras palabras: el hombre está dispuesto por la exterioridad, misma que lo vuelve posible a partir del pensamiento de la finitud. Son las cosas las que determinan el quehacer del hombre, limitando, si se me permite la afirmación, casi[8] todo código cultural: manifestaciones, investigaciones, moda, pensamiento, entretenimiento, verdades, mentiras, locura, etc. El ocaso de esta estructura se compone a partir de la presencia, desde un principio, si es que lo hay, de la técnica, del saber hacer con el hombre, ya que será la técnica, el soporte que nos dispone y nos limitará como está sucediendo ahora, a reaccionar ante las situaciones y difuminar el razonamiento ante ello. La técnica no requiere del hombre para disponer de él ya que casi toda la memoria humana está depositada en ella. Estos datos, convertidos ahora en códigos binarios, separados de quienes los inscribimos, formarán parte de una estructura tecnológica que brindará una identidad desde el simulacro y la falacia (perfiles en Facebook, “personalidades”, grupos sociales, etc.). Como si fuera poco, los objetos tecnológicos además de estar siendo quienes nos disponen, limitan y homogeneizan, nos dan un plus. El goce. Este goce da al hombre estatus, “personalidad”, un lugar y reconocimiento que trascenderá con su descendencia. ¿No son los padres, en la actualidad, quienes promueven, sin reflexión alguna y con un ligero toque de imbecilidad y peor, de ignorancia, a sus hijos desde la edad más temprana, que se enchufen a toda esta red de objetos con la promesa – una broma de mal gusto sería más seria- de tener a “sus” hijos al día? Un simulacro, un circo, una burla compuesta de una ilusión, al borde la irracionalidad, de que nosotros somos sujetos y a partir de ello tenemos la libertad de escoger, sin limites, las tecnologías, o más absurdo aún, creer que las controlamos. ¿No son, más bien, las tecnologías, la técnica quien determina a la cultura y nuestras opciones?.

            Siervos de los objetos técnico-científicos que controlan, disponen y modulan nuestra cultura, los hombres, teñidos por los últimos rayos del sol, perciben por última vez todo lo que han construido y destruido borrándose en la oscuridad que apenas dejará- como Hiroshima, Nagasaki y los campos de concentración- la ceniza y el olvido de lo que alguna vez fue iluminado y ahora, entre tinieblas, se desvanece arrojándonos a una relación con lo intangible, -lo que ha permeado, aunque en silencio- nuestra existencia, desplegando radicalmente una concepción distinta de la realidad; ya sea, como se puede vislumbrar: controlados completamente por la técnica; o de alguna otra manera que nos es imposible ahora si quiera pensar, pero que lo único que nos asegurará es que el hombre, frágil y trémulo, nunca fue el centro ni la preocupación del conocimiento...


Pink Floyd - "Wish You Were Here" (1975) - "Welcome the Machine"(Waters).





Welcome my son, welcome to the machine. 

Where have you been? 

It's alright we know where you've been. 

You've been in the pipeline, filling in time, 

Provided with toys and 'Scouting for Boys'. 
You bought a guitar to punish your ma, 
And you didn't like school, and you 
know you're nobody's fool, 
So welcome to the machine. 



Welcome my son, welcome to the machine. 

What did you dream? 

It's alright we told you what to dream. 

You dreamed of a big star, 
He played a mean guitar, 
He always ate in the Steak Bar. 
He loved to drive in his Jaguar. 
So welcome to the Machine.


JAGordilloL.



Bibliografía.

- Andrés Gordillo, Entendiendo el saber de la historia, en: http://planoactivo.blogspot.mx/2014/03/26-27-y-28-demarzo-del-2014.html citado el 03-04-2014.
-          Michel Foucault, Las palabras y las cosas. Una arqueología de las ciencias humanas, tr, Elsa Cecilia Frost, 2ª. ed. revisada y corregida, Siglo XXI, México, 2010, pp. 398.



[1] Este texto va dirigido, además de a los lectores del blog, en especial a Jorge Gordillo; mi padre que desde hace tiempo hemos platicado, discutido y profundizado en el tema universitario y el lazo social que produce o más bien debería producir. También se lo dedico a María José Mancera, compañera en la Universidad con quien siempre es un placer y un aprendizaje dialogar y más profundamente, escuchar. Dirigido también a Jesús Pérez, Mely Morfín y a todos mis demás amigos con los que he podido discutir el tema. A sí mismo, agradezco a los textos: “Universidad sin Condición “ (Derrida), “La Universidad ¿en ruinas? (Domicnick LaCapra), “De los Libros al Poder” (Gabriel Zaid), “La técnica, el inconsciente y el discurso capitalista” (Néstor Braunstein), “La Escritura de la Historia" (Michel de Certeau) y por último “Las Palabras y las Cosas” (Michel Foucault), que sin duda están presentes en las líneas de este texto. A todos ellos, muchas gracias. 
[2] Fue un día mientras escuchaba esta canción cuando surgió la idea de este texto. Recomiendo ampliamente escuchar con atención las letras del álbum. A continuación dejo la letra: 

Two Suns In The Sunset.



In my rear view mirror the sun is going down 
Sinking behind bridges in the road 

And I think of all the good things 

That we have left undone 

And I suffer premonitions 
Confirm suspicions 
Of the holocaust to come. 


The wire that holds the cork 

That keeps the anger in 

Gives way 

And suddenly it's day again. 
The sun is in the east 
Even though the day is done. 
Two suns in the sunset 
Hmmmmmmmmmm 
Could be the human race is run. 


Like the moment when the brakes lock 

And you slide towards the big truck 

"Oh no!" 

"[scream] Daddy, Daddy!" 
You stretch the frozen moments with your fear. 
And you'll never hear their voices 
And you'll never see their faces 
You have no recourse to the law anymore. 


And as the windshield melts 

My tears evaporate 

Leaving only charcoal to defend. 

Finally I understand the feelings of the few. 
Ashes and diamonds 
Foe and friend 
We were all equal in the end. 


"...and now the weather. Tomorrow will be cloudy with scattered showers 

spreading from the east ... with an expected high of 4000 degrees 

Celsius" 
 
[3] Michel Foucault, Las palabras y las cosas. Una arqueología de las ciencias humanas, tr, Elsa Cecilia Frost, 2ª. ed. revisada y corregida, Siglo XXI, México, 2010, pp. 398.
[4] Ibid, p.13.
[5] Ibid, p.15.
[6] En el apartado de la aportación de Foucault en la Historia estará brevemente desglosada la posibilidad de conocimiento del siglo XVI, XVII,XVIII y XIX. Invito, para tener un mayor panorama, a la lectura del libro en el cuál, a partir de la arqueología, Foucault  aborda el tema. http://planoactivo.blogspot.mx/2014/03/26-27-y-28-demarzo-del-2014.html citado el 03-04.2014.
[7] Ibid. p. 348.
[8] Casi todo debido a la existencia del inconsciente que, siendo intangible, se resiste continua y ferozmente a ser dispuesto por lo externo. Aclaro que el que no sea dispuesto no refiere a que el exterior no tenga relación con él, de hecho, es lo exterior lo que le permite al inconsciente estar siendo.

lunes, 7 de abril de 2014

Trazando el retorno.



07-04-2014.

Trazando el retorno.

A mi madre.

Arrojado desde el origen,
a la búsqueda de aquello que, en ilusión, 
cubre el deseo de totalidad,
me sumerjo en grafías
en las que pretendo, desde el placer,
estar completo.

La escritura: ejercicio del porvenir
y necesidad de enunciación que reproduce,
desde el trazo,
la tensión y el retraso entre el placer y el deseo.
Un goce.

Rasgar el papel: impresiones sobre materia muerta.
Sentido y signo: la posibilidad de observar lo real.
El trazo: mantener, entre lo que se presenta y mi apropiación de ello,
la diferencia, mi identidad.

Arrojado desde el origen a la ruptura
me cobijo, imaginando un abrazo de mi madre y
mi estancia en su vientre,
entre la escritura y el anhelo de retorno,
allí donde el silenció enunciaba mi totalidad.

JAGordilloL.