02-04-2013
Triduo Pascual en Casa del Migrante de Saltillo.
[Dijo una voz popular:
¿Quién me presta una escalera
para subir al madero
para quitarle los clavos
a Jesús el Nazareno?
¿Quién me presta una escalera
para subir al madero
para quitarle los clavos
a Jesús el Nazareno?
¡Oh, no eres tú mi cantar
no puedo cantar, ni quiero
a este Jesús del madero
sino al que anduvo en la mar! ]
( León Felipe ).
no puedo cantar, ni quiero
a este Jesús del madero
sino al que anduvo en la mar! ]
Introducción.
En mi estancia en la Casa del Migrante de Saltillo he tenido la oportunidad de acercarme de distintas maneras a personas, situaciones, eventos y fechas que anteriormente no sabía de su existencia, no participaba o participaba como agente pasivo. En textos anteriores he mencionado por ejemplo el día de muertos, posadas, navidad, año nuevo, etc. Las fechas festejadas aquí aportan la oportunidad de participar en ellas de una perspectiva distinta a la que cotidianamente se está acostumbrado; la catarsis y la participación en las celebraciones conllevan a la reflexión y encuentro de sentimientos que me han servido para reflexionar e incidir de manera distinta la compleja realidad en la que nos encontramos.
En está ocasión presentare mi participación en el Triduo Pascual. Fueron tres días de eventos contenidos de posibilidades para sensibilizar al participante y llevar a la práctica las enseñanzas de las celebraciones.
Jueves.
En este día se celebra el Jueves Santo, sin embargo no me detendré a la explicación de esta celebración, ofreceré un link en el que podrá ser consultado (http://es.wikipedia.org/wiki/Jueves_Santo) debido a que la intensión del texto es abordar un momento de este día: el lavado de pies.
El lavado de pies es una acto que evidencia que sin importar la estirpe, clase social, diferencias de todo tipo, el hombre por el hecho de llevar consigo la posibilidad de liberación es digno de un trato en el cuál se manifieste esta potencia de nuestros semejantes.
A las tres de la tarde se reunió el equipo de colaboración de la Casa del Migrante, invitados y albergados para inciar una breve celebración con el asesor general de la institución: Presbítero Pedro Pantoja y con el padre Fernando Gálligo S.J. Además de leer los textos correspondientes de la celebración, Pedro Pantoja habló sobre como dichos escritos se relacionan con el presente, principalmente con la situación migratoria en el país. A continuación junto con los demás voluntarios y la hermana Guadalupe Argüello empezamos el lavado de pies a los ciento treinta centroamericanos que habitaban en el albergue. Junto con Pedro empezamos el lavado. Al lavar los pies pedimos perdón al hombre mismo por las atrocidades de nuestra raza, nuestras acciones que han contribuido a nuestra degradación, por los propios mexicanos que durante el viaje de los centroamericanos en la realización de un sueño son extorsionados, violados, humillados, cosificados. Cada cortada, llaga, costra, de sus pies es recorrida por nuestras manos reconociendo al migrante como persona con sus posibilidades y sueños. Reconocemos su historia junto con la nuestra y al momento en el que sanamos las atrocidades cometidas nos reconciliamos con ella salvando al hombre marginado, al hombre mismo del olvido y lo integramos a nuestras vidas como la esperanza existente en cada humano. La reconciliación histórica depende de los hombres del presente para divulgar y demostrar nuestros errores y aciertos para en el día a día honrar a los olvidados, a los marginados, al hombre y actuar hacía el camino de la vida.
Para finalizar la celebración se compartieron pedazos de pan en símbolo de reconocimiento a nosotros, a nuestros errores a nuestras historias, así como la entrega y aceptación de los hospedados de hacer lo mismo con la gente que se encuentre en su largo camino.
Viernes.
Viernes Santo es la celebración correspondiente, la crucifixión y muerte de Jesús sigue sucediendo con las personas de todo el mundo. Los migrantes al subir al tren, los indígenas al pedir el respeto a sí mismos y ser aniquilados por el olvido, los oficinistas al entregar su vida a una empresa del simulacro, etc. Narraré el vía crucis llevado a cabo por la Casa del Migrante, la comunidad de la capilla Santa Cruz y la sociedad civil.
A las cuatro de la tarde somos convocados en el atrio de la capilla de la Santa Cruz, más de cien personas nos dirigimos al sitio donde dará inicio la representación del vía crusis. La gente de la colonia empieza a llegar, el sol está por esconderse y sus rayos queman la piel, los medios toman fotografías a los migrantes junto con Pedro Pantoja que está por empezar el evento. El vía crusis será una caminata de una hora, las paradas estarán a lo largo de la colonia Landín y finalizará en el hogar de una familia. Al comenzar el camino, cantos acompañan la travesía, son entonados por los participantes. (Recuerdo que hace un año tuve la oportunidad de vivir el vía crusis en la Sierra de Puebla con una comunidad, los campesinos e indígenas de Puebla son recordados mientras caminamos). La caminata y los diálogos de la representación del pasaje histórico son modificados y adecuados a la realidad del migrante, las vías, las extorsiones, el sufrimiento que conlleva realizar el viaje hacía un sueño. Nos son los soldados romanos los que escoltan a Jesús en estos días, es el Instituto Nacional de Migración, la policía en todos los niveles: municipal, estatal y federal, los soldados, el crimen organizado quien azota a los migrantes, no hay más infierno para ellos que pasar por México y las atrocidades inhumanas que aceptan para llegar a su destino. Continuando con la representación, María llora y pide por su hijo crucificado, inmediatamente recordé el encuentro con las madres centroamericanas que tuvimos meses atrás, también hubo lagrimas, sin embargo el coraje y la lucha por una causa les da fuerza para continuar en la búsqueda de sus familiares.
En la Casa del Migrante el vía crusis deja de ser celebración de un día a lo largo del año para convertirse en un esfuerzo para ser una luz en el día a día del migrante. Jesús salió de su hogar caminando y estando con la gente, solamente saliendo de su casa pudo darse cuenta de la misión que tenía, el porque de su existencia. El migrante sale de su hogar en búsqueda de realizar un sueño, de encontrarse a si mismo en la promesa del "sueño americano" y muchas veces compartirlo con su familia, pareciera que en el andar en los senderos del camino hacía la liberación se encuentra la razón de nuestra existencia.
La muerte de Jesús, la muerte del migrante, no es su ausencia física, sino el olvido por el mismo hombre. Mientras ignoremos la muerte de cada persona olvidando su esencia, sus ideales, sus enseñanzas, mayor será nuestra ceguera ante la trascendencia de un sujeto. La resurrección la entiendo como la capacidad de contactar con la esencia de la persona en el acto. El migrante no muere, vive en cada persona solamente hay que atreverse a verlo, reconocerlo y amarlo.
Sábado.
El Sábado de Gloria es celebrado en la Casa del Migrante con una reunión en el patio central en la cual, Pedro Pantoja dirigió junto con la hermana Lupita las palabras y lecturas. Junto con los otros voluntarios, pedimos a cada persona que escriba sus sueños, ideales, sentimientos en una hoja para la actividad de la noche, como pocas veces el comedor es dominado por el silencio mientras escriben en el papel.
El atardecer rojizo de Saltillo se esconde tras la sierra mientras la oscuridad va tiñendo el cielo anunciando la noche y con ella las celebraciones de el Sábado de Gloria. Junto con los albergados recolectamos algunos maderos para formar la fogata de la noche, una vez armada nos retiramos a cenar.
Al punto de las nueve de la noche nos reunimos todos alrededor de las maderas, tres migrantes encienden la fogata, el fuego crece rápidamente. Pedro Pantoja empezó narrando la historia de la Casa del Migrante, su origen, las dificultades, las oportunidades y bendiciones. Ismael y David (migrantes asesinados hace doce años. El homicidio dio como resultado la creación del albergue) son mencionados por Pedro, sin embagro el mensaje es el hacer énfasis en su resurrección, aún viven en la Casa, en el trato del equipo del albergue hacía los migrantes, la acogida y atención que se merecen en un lugar donde la violencia aterroriza a la gente.
Después de las palabras de Pantoja, continúan las voces calladas durante mucho tiempo, las voces que son apagadas con el volumen del ruido aturdidor de la realidad, la voz del migrante. Deseos de libertad, destinos, sensaciones, trabajos,etc. Son mencionados, deseos y luego arrojados al fuego, las palabras son fáciles de decir u omitir, el fugo las deshace. Los actos perduran en la historia y crean consciencia colectiva.
Un par de canciones son entonadas. La primera por "los presentes en la ceremonio y la segunda por "Chente".
Después.
Las celebraciones mencionadas son un simbolismo que representa a través de la pasión de Jesús la pasíón del hombre. El contacto con el migrante es el contacto con el hombre mismo. La muerte existe solamente si dejamos que exista, no tiene por que haberla. La estética ha sido por mucho tiempo nuestro principal medio y fin de relación con los objetos, seres, momentos, etc. La esencia de los sujetos, objetos, seres es ocultada por nuestra propia condición. El acercamiento al otro pertenece a la integración de la vida a nuestra existencia. Jesús, los migrantes, indígenas, ricos, pobres, delincuentes, asesinos, profetas, son resultado de nuestra capacidad de contactar con la inmortalidad de casa persona y agrandecerla en nuestras acciones diarias.
Han pasado amaneceres después de presenciar y participar estos eventos, días surgen como las noches que los despiden y el trabajo en reconocer al hombre en cada persona que atiendo sigue siendo arduo y difícil. Un labor que acepté y hasta el ultimo suspiro de vida estoy atado a practicar, no por obligación ni placer, solamente por responsabilidad.
Jesús resucita en el hombre, tratarlo como tal sería seguramente una elocuencia que no sería aceptada. Sin ti, persona, no entiendo el despertar.
Cristo, te amo:
Cristo, te amo
no porque bajaste de una estrella
sino porque me descubriste
que el hombre tiene sangre,lágrimas, congojas...
¡llaves, herramientas! para abrir las puertas cerradas de la luz.
Sí... Tú nos enseñaste que el hombre es Dios...
un pobre Dios crucificado como Tú.
Y aquel que está a tu izquierda en el Gólgota,
el mal ladrón...¡también es Dios!
( León Felipe ).
JAGordilloL.
gracias por tu aportación, por la referencia al dolor y al sufrimiento humano, porque no son palabras documentales, son vivencias, que encarnan la necesidad de liberación de nuestros pueblos, la liberación final del egoísmo, y el triunfo de la unidad de los hijos de Dios.
ResponderEliminar