07-11-2012
Trabajo en “El Llano”.
Trabajo: La actividad humana que agrandecía y dignificaba la existencia,
se ganara dinero o no en su desarrollo” (Ernesto Guevara de la Serna).
Contexto.
En
la casa del migrante en Saltillo- Coahuila se albergan a migrantes
centroamericanos en su paso por México brindándoles atención humanitaria y
asesoría jurídica, “psicológica” y de incidencia. La estancia de los migrantes
varía según sus necesidades, puede ser de treinta minutos hasta seis meses. El
albergue da la oportunidad a los migrantes de ir a trabajar durante una jornada
a las personas que lo requieran. Entre los oficios requeridos los principales
son: albañilería, campo, jardinería y pintura.
Iniciativa.
El
viernes tres de noviembre recibimos una llamada de Eloy, (empleador dueño
de un rancho a doce kilómetros de la casa), pidiéndonos que alistemos a quince
personas para que el tres de noviembre vayan a trabajar con él. Al repasar la
lista de trabajadores siento el impulso de ir a trabajar con los migrantes así
que me apunto en la lista. Al comentarlo con los habitantes de la casa
platicamos del posible trabajo a realizar. Nos dormimos temprano para estar
listos para la jornada de trabajo que nos espera
.
Día
del trabajo.
A
las siete y media de la mañana el equipo formado para ir a realizar el trabajo
se prepara, ingerimos frijol, arroz y café. La hora programada para partir a
las actividades es a las ocho de la mañana. Por sucesos ajenos a nosotros se hace
tarde y el empleador llega aproximadamente a las diez de la mañana. Nos alistamos en la entrada del albergue para
que nuestra salida sea registrada, ahí conocemos a Eloy y hay una breve
presentación. Luego de ser registrados nos subimos a su camioneta ya
encaminados al rancho.
“El
Llano”
Mientras
nos dirigimos al destino comienzo el diálogo con Eloy preguntando acerca del
rancho. Don Bonifacio de Alba, bisabuelo del empleador fue el adquisidor de las
tierras (aproximadamente 1000 hectáreas cuadradas). La tierra sirvió para el
cultivo de maíz, frijol, nopal y ganadería. Sin embargo debido a la erosión, las reformas agrarias y el paso
del tiempo se ha mermado su producción un 90 %
el porcentaje restante es principalmente para el autoconsumo de la familia
de Alba. A una hora de distancia y aproximadamente 23 kilómetros del centro de
la ciudad. El único camino que lleva al rancho es la antigua carreta a General
Zepeda. A la mitad del camino hay un cruce de las vías del tren en el cuál en
el año 1973 al descarrilarse unos vagones fallecieron 72 personas. Tras una
hora de camino llegamos al rancho la diferencia de altura es casi del doble, el
sitio es semidesértico, silencioso, despejado, la montaña impone y atrae.
El
enfrentarse con la montaña es una experiencia
profunda de conexión interna y con el todo, la reflexión y contemplación se
hace presente. La montaña sana, intriga y revela, el escalarla, subir las
pendientes, concentrarte en la respiración, tropezar, sostenerte de algún
árbol, el tacto y la sensibilización de los sentidos produce una conexión entre
la naturaleza y el hombre produciendo un lapso momentáneo de unidad.
El
trabajo.
Arribando
al “Llano” nos explican la actividad a realizar; llenar 27 metros cúbicos
de piedra para hacer una presa que en un futuro funcione como resistencia a la
erosión de la tierra debida a las lluvias y pendientes que existen en el sitio.
Empieza la jornada aproximadamente a las diez cuarenta de la mañana, la primera
acción consiste en juntar piedras del terreno y hacer montículos, las
herramientas son las manos y un par de carretillas. Al finalizar la junta de
rocas proseguía arrojarlas hacía los cubos, lanzábamos las piedras. El alzar
las piedras colocándolas en otro sitio es la acción literal, sin embargo la
experiencia sintomal reside en el movimiento. Estamos en movimiento constante
produce mutación. Maneras distintas de actuar, pensar, sentir, etc. Armonía y
fluctuación de energía produce el estar en acción. El trabajo es una acción
humanizante un acto de plenitud y realización del hombre, dignifica su
existencia a través del que hacer en pro a la mutación de nuestra conciencia.
La realización no es ya el fin del trabajo en nuestros tiempos, ni siquiera el
medio, el sentido se ha desdibujado completamente. El fin es la retribución
económica a cualquier costo ¿Cómo puede un psicólogo industrial realizarse
moldeando voluntades para que se inserten en el sistema? ¿Cómo puede un
empleado de cualquier banco humanizarse esclavizando a personas con créditos?
La voluntad es la contra parte de dicho concepto. El trabajar con voluntad por
la realización y dignificación del hombre no requiere de una retribución
económica, requiere de amor fraternal y esperanza en el hombre mismo, en su
liberación.
La
comida.
El
compartir los alimentos representa de cierta forma la unidad e igualdad entre
semejantes. Los alimentos ganados por el trabajo y compartidos con los
migrantes siempre le dan esa pisca de experiencia única. Viviendo de manera
similar a los centroamericanos comprendo la realidad del hombre ente la
incertidumbre.
Al
final de la jornada.
El sol se esconde en las montañas semidesérticas
de la periferia de Saltillo, el aire se enfría y la jornada laboral llega a su
fin. Tras vivir la jornada laboral regresamos a la casa del migrante, ahora con
ciento veinte pesos en la bolsa. A seguir trabajando…
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