lunes, 26 de noviembre de 2012

Trabajo.


07-11-2012

Trabajo en “El Llano”.

Trabajo: La actividad humana que agrandecía y dignificaba la existencia, se ganara dinero o no en su desarrollo” (Ernesto Guevara de la Serna).
Contexto.

En la casa del migrante en Saltillo- Coahuila se albergan a migrantes centroamericanos en su paso por México brindándoles atención humanitaria y asesoría jurídica, “psicológica” y de incidencia. La estancia de los migrantes varía según sus necesidades, puede ser de treinta minutos hasta seis meses. El albergue da la oportunidad a los migrantes de ir a trabajar durante una jornada a las personas que lo requieran. Entre los oficios requeridos los principales son: albañilería, campo, jardinería y pintura.

Iniciativa.

El viernes tres de noviembre recibimos una llamada de Eloy, (empleador dueño de un rancho a doce kilómetros de la casa), pidiéndonos que alistemos a quince personas para que el tres de noviembre vayan a trabajar con él. Al repasar la lista de trabajadores siento el impulso de ir a trabajar con los migrantes así que me apunto en la lista. Al comentarlo con los habitantes de la casa platicamos del posible trabajo a realizar. Nos dormimos temprano para estar listos para la jornada de trabajo que nos espera
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Día del trabajo.

A las siete y media de la mañana el equipo formado para ir a realizar el trabajo se prepara, ingerimos frijol, arroz y café. La hora programada para partir a las actividades es a las ocho de la mañana. Por sucesos ajenos a nosotros se hace tarde y el empleador llega aproximadamente a las diez de la mañana.  Nos alistamos en la entrada del albergue para que nuestra salida sea registrada, ahí conocemos a Eloy y hay una breve presentación. Luego de ser registrados nos subimos a su camioneta ya encaminados al rancho.

“El Llano”

Mientras nos dirigimos al destino comienzo el diálogo con Eloy preguntando acerca del rancho. Don Bonifacio de Alba, bisabuelo del empleador fue el adquisidor de las tierras (aproximadamente 1000 hectáreas cuadradas). La tierra sirvió para el cultivo de maíz, frijol, nopal y ganadería. Sin embargo debido  a la erosión, las reformas agrarias y el paso del tiempo se ha mermado su producción un 90 %  el porcentaje restante es principalmente para el autoconsumo de la familia de Alba. A una hora de distancia y aproximadamente 23 kilómetros del centro de la ciudad. El único camino que lleva al rancho es la antigua carreta a General Zepeda. A la mitad del camino hay un cruce de las vías del tren en el cuál en el año 1973 al descarrilarse unos vagones fallecieron 72 personas. Tras una hora de camino llegamos al rancho la diferencia de altura es casi del doble, el sitio es semidesértico, silencioso, despejado, la montaña impone y atrae.
El enfrentarse con la montaña es una  experiencia profunda de conexión interna y con el todo, la reflexión y contemplación se hace presente. La montaña sana, intriga y revela, el escalarla, subir las pendientes, concentrarte en la respiración, tropezar, sostenerte de algún árbol, el tacto y la sensibilización de los sentidos produce una conexión entre la naturaleza y el hombre produciendo un lapso momentáneo de unidad.

El trabajo.

Arribando al “Llano” nos explican la actividad a realizar; llenar 27 metros cúbicos de piedra para hacer una presa que en un futuro funcione como resistencia a la erosión de la tierra debida a las lluvias y pendientes que existen en el sitio. Empieza la jornada aproximadamente a las diez cuarenta de la mañana, la primera acción consiste en juntar piedras del terreno y hacer montículos, las herramientas son las manos y un par de carretillas. Al finalizar la junta de rocas proseguía arrojarlas hacía los cubos, lanzábamos las piedras. El alzar las piedras colocándolas en otro sitio es la acción literal, sin embargo la experiencia sintomal reside en el movimiento. Estamos en movimiento constante produce mutación. Maneras distintas de actuar, pensar, sentir, etc. Armonía y fluctuación de energía produce el estar en acción. El trabajo es una acción humanizante un acto de plenitud y realización del hombre, dignifica su existencia a través del que hacer en pro a la mutación de nuestra conciencia. La realización no es ya el fin del trabajo en nuestros tiempos, ni siquiera el medio, el sentido se ha desdibujado completamente. El fin es la retribución económica a cualquier costo ¿Cómo puede un psicólogo industrial realizarse moldeando voluntades para que se inserten en el sistema? ¿Cómo puede un empleado de cualquier banco humanizarse esclavizando a personas con créditos? La voluntad es la contra parte de dicho concepto. El trabajar con voluntad por la realización y dignificación del hombre no requiere de una retribución económica, requiere de amor fraternal y esperanza en el hombre mismo, en su liberación. 


La comida.

El compartir los alimentos representa de cierta forma la unidad e igualdad entre semejantes. Los alimentos ganados por el trabajo y compartidos con los migrantes siempre le dan esa pisca de experiencia única. Viviendo de manera similar a los centroamericanos comprendo la realidad del hombre ente la incertidumbre.

Al final de la jornada.


El sol se esconde en las montañas semidesérticas de la periferia de Saltillo, el aire se enfría y la jornada laboral llega a su fin. Tras vivir la jornada laboral regresamos a la casa del migrante, ahora con ciento veinte pesos en la bolsa. A seguir trabajando…



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