lunes, 26 de noviembre de 2012

Caravana de madres centroamericanas en Saltillo-Coahuila.


31-10-2012

Caravana de madres centroamericanas en la casa del migrante, Saltillo - Coahuila. 




Bring the boys back home. Don't leave the children on their own. (Roger Waters).

La Caravana.

El pasado veinte de octubre del presente año se presentó la “Caravana de Madres Centroamericanas en Busca de sus Hijos Desaparecidos en México” en Saltillo-Coahuila, (México). Su estancia duró desde las diez de la mañana hasta las ocho de la noche. Se presenciaron distintas actividades entre los migrantes residentes del albergue y las madres. Fray Tomás Gonzáles junto con Raúl Vera, Pedro Pantoja, miembros de la casa del migrante de Saltillo y del movimiento participaron en una rueda de prensa en la cual se le hace un llamado a distintas instituciones públicas para tener mecanismos de búsqueda e investigación para contrarrestar la presente problemática.

Madres en la Casa del Migrante.

Preparación.

Días previos al arribo de la caravana surgieron los preparativos internos de la casa del migrante para recibir a las madres. Al saber los itinerarios de la convivencia organizamos la logística del encuentro. Al recorrer los días se fueron dejando los pendientes funcionales en forma para el encuentro. Muchas dudas surgían entre los centroamericanos, la inquietud, la emoción y la incertidumbre se hacían presentes mientras esperábamos la llegada. La noche  previa a la llegada de la caravana mientras se hace la oración antes de dormir, se llega a escuchar entre susurro las peticiones de los migrantes que hacen por sus familias, por su camino y por la llegada de sus connacionales, un llamado de unidad a través de la fe.


Las corrientes de aire de la mañana del veinte de octubre ondeaban las cinco banderas (México, Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua) representativas del encuentro. A las diez de la mañana se llega a vislumbrar a través del portón de la casa a una multitud de gente que aumenta con el paso de los minutos. Dos filas paralelas de centroamericanos se hacen presentes, desde la entrada hasta la mitad del patio del albergue. Las madre ingresan, los migrantes las reciben con aplausos y admiración.

La Llegada.

Tras el ingreso de la caravana a la casa y su primer contacto con los migrantes se presentaron formalmente y de inmediato se les invitó a tomar el desayuno en el comedor donde las esperarían con huevo, frijol, tortillas y café. Con actitud de servicio y empatía migrantes ayudaban a servir la comida a las madres. Los sentimientos de los presentes se agitan, sus madres se hacen presentes no solamente en pensamientos, las ven, las sienten, hablan con ellas, se dejan acobijar. En acercamiento  las preocupaciones y recuerdos toman su lugar en aquel presente en el cuál no solamente físicamente; hay un contacto de amor materno e incluso fraternal. En cada cruce de miradas se hace un puente de almas que se encuentran unidas por factores distintos. Seres en búsqueda de la liberación encontrados y relacionados por un suceder en esta realidad llena de incertidumbre y atrocidades. Justamente ese encuentro, ese contacto es lo que mantiene viva la fe y es el motor evolutivo de la conciencia del hombre.
Al finalizar el desayuno el comedor pasaría de ser un sito de compartimiento de alimentos a un escenario de encuentro entre las instituciones gubernamentales y las madres para tener un diálogo, expresando así sus reclamos, dudas y peticiones así como las respuestas de las autoridades. La junta da inicio con presentaciones de ambas partes seguido por la presentación de todos los casos.



 Al finalizar con el último caso la palabra es tomada por parte de las autoridades quienes dan a conocer su trabajo en pro a la ayuda de los problemas que se han suscitado.  Las autoridades toman una postura defensiva ante los llamados de atención por parte de las perjudicadas y después del intercambio de palabras llegan a un acuerdo en el cual las distintas instituciones prometen tomar cartas en el asunto y dar un seguimiento sobre el tema. Momentos después un representante de una institución gubernamental proyecta imagines de cadáveres no reconocidos en la pared frente a las madres con el fin de que se pueda reconocer a algún desaparecido.



Al concluir, autoridades toman acción y comienzan a pedir datos sobre los desaparecidos para así emprender la búsqueda de estos. La información es archivada para que en algún momento se intervenga en ella. 


Es interesante la postura  que toma la caravana frente a las autoridades, ya que deja de ser pasiva y paternal evolucionando a ser un agente activo y autónomo en algunos aspectos. Cumplen con el labor de compartir sus inquietudes, dudas, diferencias, aciertos y reclamos con las autoridades, sin embargo no solamente se queda en petición. El movimiento en si es impulsado por sí mismo y va en búsqueda de su objetivo sin parar. El hablar a nivel institucional es, la mayoría de las veces, un fastidio. Sin embargo, la gran demanda existente que hay para la reforma o invención de mecanismos que sirvan para mermar la problemática a nivel institucional ha ayudado que a posteriori se pueda lograr algún avance sobre ello. Hay un despertar de la conciencia civil bastante alarmante, la colectividad se va descubriendo la necesidad del hombre de salir de la oscuridad en la que nos encontramos. El unirse por una causa humana donde el motor que tiene es la fe y el acompañamiento de la gente misma es un vislumbramiento de esperanza e iluminación.

Fotografías.




Después del diálogo de la caravana y las autoridades, las madres colocaron las fotos de sus familiares desaparecidos en el piso y unos lazos. Aproximadamente unas 200 fotografías expuestas puestas con esperanza de que alguien identifique alguna de ellas. Los migrantes se acercan a observar los distintos rostros, comentan entre ellos y se preguntan si han visto a algún sujeto en su recorrido. La ponencia de fotografías es una puesta que expresa la realidad de la problemática. Simula un muro que llama la atención, es la exclamación de que hombres y mujeres están siendo desaparecidos, un reclamo a que se atiendan los casos propios de las desapariciones, un grito ahogado que despierta en los espectadores aquella conciencia y empatía humana que la oscuridad nubla cegando y alternado nuestros sentidos, alterando nuestra relación con el ser. Un hondureño alza una fotografía, la observa con atención. El aura de la imagen hace conexión con la del centroamericano entrelazando caminos y posibles futuros, la relación con el otro se forja por el reflejo manifestado en un semejante. El aire sopla con fuerza provocando la caída de varias fotografías, inmediatamente son acogidas por los videntes, no es permisible ya el despojo que conlleva al olvido.

 Conferencia de Prensa. 



La conferencia de prensa estuvo llena de aclaraciones por parte de las autoridades y el movimiento sobre sus posturas frente a la problemática. La aparición de Raúl Vera y las demandas que proclamaba debido a la inexistencia de mecanismos que atiendan los sucesos se llevó la total atención mediática. En este momento las madres no se encontraban presentes en el sitio donde se realizaba los discursos para los medios. Los testimonios institucionales absorben toda la atención mientras que las madres, las afectadas directamente acuden a los registros de la casa del migrante para buscar o localizar a sus parientes. De nuevo activas, no solamente en el tema discursivo, también activas en la praxis demuestran su iniciativa. Ellas saben que no pueden confiar totalmente en las autoridades ni en las instancias institucionales, por si mismas y sus medios elaboran su mecanismo de rastreo e intercambio de información.

Convivencia Entre las Madres y los Migrantes.

Aproximadamente a las cinco de la tarde se organiza una convivencia entre los migrantes y las madres representativas de la caravana. Se reúnen en varios círculos para compartir sus experiencias y vivencias. Ambas partes relacionadas con el proceso de migración de manera distinta comentan las distintas dificultades existentes para realizar el viaje. Logré escuchar el testimonio materno de Nuñez (hondureño que reside en el albergue). Nuñez narra la historia de la relación materna que ha tenido, durante la plática hay un momento de silencio, la sonrisa del centroamericano representa una nueva manera de ver su situación materna. Logra comprender el amor materno y desde su interior logra a pesar de todo lo sucedido expresar el amor a su madre y la necesidad de un contacto con ella. Al igual que Nuñez, logro interiorizar aquellas palabras y experiencias comprendiendo a través del otro, mi propio conflicto e increíblemente debido a ese contacto, a través de la narración de sus testimonios logré despertar una visión de reconciliación conmigo y mi madre.
Terminando las pláticas en grupo se formó un gran círculo cuyo objetivo era expresar los sentimientos o pensamientos obtenidos de la actividad anterior. Es impresionante el observar al hombre conmovido y unido, incluso conectado, viviendo el momento, agradeciendo con la manifestación de amor al prójimo.

Las Vías.

Previo a la despedida de la caravana, varias madres se juntan y me piden que las acompañe a las vías del tren, (localizadas a cien metros del albergue). Un grupo de veinte madres junto conmigo vamos caminando hacía las vías cuando “La Bestia” anuncia su llegada. ¿Casualidad?, ¿Destino? Apresuramos el paso para observar el medio de transporte ocupado por los migrantes. La velocidad del tren desciende y obtiene la atención de todos los presentes, la imaginación se hace presente e imagina todo lo que esa carrocería de acero ha pasado. Es el enfrentamiento de las madres con el asesino y con el medio de esperanza que representa La Bestia. Al pasar el último vagón del  tren las madres vislumbran el continuo camino hacia el norte. De regreso, caminamos juntos. Al fin puedo sentir el acompañamiento de las madres y mi acompañamiento hacía ellas. Y eso no significa crear manifestaciones o ruedas de prensa, simplemente el caminar a lado de ellas abriéndote a la conexión de puentes del alma creados por la voluntad de servicio. El andar sobre el camino que va forjando nuestro presente y nuestras acciones compartido por un semejante, es un sentimiento humano más allá del contacto físico.

Despedida.

Como  fueron recibidas las madres en el albergue, con aplausos, son despedidas de igual manera. Bendiciones por parte de las integrantes de la caravana hacía los centroamericanos marcan la experiencia. De nuevo la fe toma su papel como factor principal en el contacto entre hombres.
Se siente una atmósfera conmovida, el pasado reclama su lugar en el presente y un posible lugar en el futuro. Al conocer la problemática y dejar de ser ignorante hay un compromiso ético de frenar la indiferencia del tema. El “simple” acompañamiento de personas es útil y reconfortante. El interiorizar este tipo de sucesos deja de tener un acercamiento totalmente catártico e invoca la participación como agente interno. En el momento de encuentro pasamos a ser parte de su realidad, nos volvemos participativos. Cada quién decide hasta qué punto se participa y la manera.







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